Bienvenido 2011

Siempre recordaré el 2010. No sólo es un número peculiar en sí mismo, sino que este año me ha traído muchas novedades. Me aventuro a decir que ha sido mi año, el año en el que he cambiado de vida. En el 2010 me he licenciado, me he ido de casa y he formado mi propio hogar. Por eso siempre recordaré el 2010. 

Como todos los años, me ha traído cosas buenas, recuerdos inolvidables, así como cosas menos agradables. Como todos los años. 

Así me dispongo a dar la bienvenida al 2011. Con un puñado de buenos propósitos y nuevas ilusiones que cumplir. Espero que este también sea un año para recordar.

A todos, feliz año nuevo, que traiga muchas buenas noticias y como me ha dicho una amiga, que traiga mucho amor, que con él las penas son menos duras.

La familia

Siempre había escuchado que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Siempre me habían dicho que cuando estás lejos, echas de menos a los tuyos aunque cuando estás cerca no haya más que roces. Siempre lo había escuchado pero quizá no creído.

Ahora que estoy lejos de los míos, me doy cuenta de la verdad que llevan esas palabras. De lo bien que te sientes y lo mucho que compartes cuando los reencuentras. Incluso te das cuenta de que los quieres mucho más de lo que imaginabas y darías cualquier cosa para prolongar los adioses unos días más. 

Ahora me doy cuenta de lo mucho que me aportan y de cuanto los echo de menos cuando no están. De lo que lloro cuando los vuelvo a dejar en lo que siempre será mi casa, para venirme a mi otra casa. Y esta sensación no es sólo un síntoma de la Navidad. Les echo de menos, y aunque todo me va bien, no estaría de más poderlos ver más amenudo. 

Esta entrada va por ellos. Por los que me criaron, por los que estuvieron siempre ahí sin yo apreciarlo demasiado, y por los que generan ese pequeño dolor cuando me separo de ellos. Nunca se lo dije, pero les quiero con locura.

Feliz Navidad

No, no soy creyente. Aún así, estas fechas nos hacen parecer a todos creyentes, todos nos volvemos buenos y nos proponemos aparentar lo que a menudo no llegamos a ser ni de lejos. 

Lo bueno de estas fechas, es que vuelvo a casa con los míos, aunque sea por dos días. 

Feliz Navidad a todos.

A la bola

Hace ya unos ocho años que las conozco. Ocho años en los que han pasado tantas cosas, que me sería casi imposible resumirlas todas. Ocho años llenos de risas, alegrías, tristezas, lloros, cambios, amores, desamores, niños... Han pasado ya ocho años. 

En estas épocas en las que la Navidad se acerca, todos nos acordamos de la gente que queremos. Y yo no puedo hacer más que acordarme de ellas que, aunque separadas por la distancia, permanecemos juntas por una cualidad llamada amistad. 

Me encanta poder presumir de que tengo cinco amigas que están a mi lado incondicionalmente y que siempre me dirán la verdad, me aconsejarán y me darán su opinión aunque no coincida con la mía. Por todo ello, y porque las considero casi parte de mi familia, les quiero dar las gracias. Quiero decirles que sin ellas mi vida no sería lo mismo, y que pase lo que pase, siempre podrán contar con una humilde servidora. 

Gracias por seguir ahí, gracias por estar siempre ahí. Os quiero mucho.

La rueda

Algo empieza a dar resultado. Tras meses de echar currículums y solicitudes para cursos, parece que ya empiezan a llamar a la puerta. Este nuevo año que entra, lo cojo con alegría y optimismo. ¿Cómo sino podemos esperar que pase lo que queremos? Quizá no todo salga rodado, pero intentaremos darle una forma redonda para que la rueda empiece a girar.

Todo empieza y acaba en nosotros mismos, así que si no movemos el culo, nos quedamos aposentados, con un centro de gravedad tan bajo que es prácticamente imposible que nos movamos. Hubo un día, en el que creí que me pasaba eso. Levanté la cabeza e intenté situar ese centro de gravedad más alto, como si tuviese un cuello largo cual girafa. Y así la vida te responde. Te empuja a seguir adelante. 

Fíjate en los detalles pequeños, mira más allá del horizonte y verás como todo cobra sentido y no ves nunca el final de las cosas. Una acción te lleva a una respuesta, que si no es la más adecuada, hace que te muevas y que jamás caigas. Mira el sentido positivo de todo, aunque no fuera lo que buscabas en un inicio. Si la vida te lo pone por delante, aprovéchalo... nunca sabes qué va a ocurrir.

Elvis, Navidad, melancolía

Escucho a Elvis mientras recojo un poco la casa. Este tipo de música me pone de buen humor, y me hubiese encantado nacer varas decenas de años antes para vivirlo en pleno boom. Muevo mis pies al compás mientras tarareo sus melodías. Empieza diciembre, creo que con buen humor.

Ya tenemos el árbol puesto en casa (sí, la emoción de colocarlo nos pudo), ya he escrito los Christmas que tengo que mandar por correo, y vamos haciendo planes para estos días que preceden a Navidad. No hay puente, pero alguna escapadita de un día haremos por ahí. Tengo ganas de moverme, de no estancarme, de conocer, de ver, de disfrutar sitios diferentes y no muy lejanos. 

Voy mirando de ampliar mis conocimientos con alguna especie de curso. De momento, hay dos que me interesan bastante, y no he perdido la oportunidad de preinscribirme. A ver si todo sale bien y puedo empezar alguno pronto (cruzaré los dedos).

Empiezo diciembre positiva. Espero que no me pase como siempre, que a mitad de mes quiero que pase rápido, que pasen las navidades y que todo vuelva a la normalidad. Son las primeras navidades fuera de casa, y aunque el día de Navidad lo pasaré allí, pronto tendremos que volver a la realidad, a las obligaciones y a estar lejos de los míos. Aún así, nos hemos propuesto disfrutar los días tanto como podamos.

La Navidad siempre tiene el gusto agridulce.

Cómo crece el odio

¿Nunca os ha pasado que "odiáis" a alguien antes de conocerle? Y no hablo de prejuicios (que alguna vez me han hecho aprender que no es oro todo lo que reluce, o a la inversa)... Hablo de actitudes que ves en conocidos, que te cabrean y te irritan de tal modo que empiezas a odiar a esa persona. Odio quizá es una palabra demasiado brusca, pero es algo más que resquemor, mala impresión o desconfianza. O quizá es todo ello junto.

Conozco ese sentimiento, y es el que me produce una cierta persona. Por suerte, no está entre mi círculo cercano, ni mucho menos entre mis amistades o familiares. Así que creo que puedo seguir "odiándole". ¿Hace mucho mal mi sentimiento cuando la otra persona lo desconoce? Mientras mi boca no me traicione en el momento menos oportuno, creo que no hace ningún mal, y descargo ira sobre tal personaje. 

El porquè crea tal situación... habría tantos argumentos. Pero esos sí me los guardo para mí. Lo único que espero, es que no se traduzca en malas palabras ni modos hacia los demás que comparten el mismo círculo relacional. 

Mientras tanto, esperaré a ver si veo como esa persona recapacita y hace las cosas bien. De todos modos, creo que tendré que esperar sentada.

La felicidad de un equipo

A veces, hay cosas que no dejan de impresionarte, ni te quitan la felicidad cuando ves que los que están a tu lado son felices.

Mi chico juega al balonmano. Desde los 10 años no ha dejado de hacerlo, pese a lesiones y contratiempos. Ahora, pasados los 30, sigue haciéndolo en un equipo al que envidio, y no sólo por sus resultados.

Cuando ves el entrenador de cualquier equipo, lo que suelen decir es que quieren un equipo unido. Y este equipo de balonmano es el equipo que más unido he visto en cualquier competición de cualquier deporte. Y los que me conocen bien, saben que he visto mucho deporte. Soy, como dirían, una espectadora sin remedio.

Y en este caso, envidio el como se llevan, dentro y fuera del campo. Envidio todos y cada uno de los buenos momentos que veo vivirles. Y de los que poco a poco también yo voy formando parte. Envidio sus bromas, envidio el buen humor que se respira, y envidio también el cómo se levantan el ánimo en los momentos menos agradables de cada uno.

Este post va por todos ellos. Porque sin ellos saberlo, hacen que su felicidad se contagie. Hacen que los que vamos a ver sus partidos, nos sintamos cómplices tanto del resultado obtenido como del mismo equipo. Son los mejores, aunque su categoría a veces no lleve a pensarlo.

La unión hace la fuerza... y ellos están terriblemente unidos. Y desde aquí, aunque ninguno de ellos lo lean, les doy las gracias por transmitir a todo el que se acerca, esa gran felicidad.

A la espera

Qué impotencia cuando quieres hacer más de lo que puedes. Quiero volver a tener la vida ocupada. No me gusta tener tanto tiempo para pensar y darle vueltas a las cosas. No me gusta el rumbo que lleva esto. No estoy hecha para quedarme en casa y esperar... y esperar...
Espero que bien pronto se solucionen las cosas, y que todo cobre sentido. Que no es que no lo tenga, sino que es un sentido que no buscaba... es una falta de rumbo fijo. Ahora simplemente... toca esperar.

Licenciada y en Madrid

Parece que poco a poco las cosas van tomando su cauce. Esta mañana, cuando me levanté en mi nuevo piso en Madrid, me dieron la agradable noticia de que había aprobado la última asignatura de la carrera que me faltaba. Así pues, ya soy licenciada.

Muy contenta por ello y también por la instalación en la nueva ciudad. Ya hace diez días que vine para acá y las cosas van saliendo bien. Mucho jaleo, todo el que comporta el trasladar toda tu vida en un viaje de 600 km. Pero contena, feliz y realizada ahora con la licenciatura.

¿Qué me deparará el futuro? Ni yo misma lo sé... pero tengo esperanza y veo con ilusión el futuro. Espero que él se porte bien conmigo.

Cuenta atrás

Ya mismo el coche se pone en marcha. Me quedan poco más de 5 días en mi ciudad, para trasladarme más lejos de lo que yo desearía. Pero aún así estoy contenta, impaciente, ilusionada y a la vez muerta de miedo. Espero que todo salga como tiene que salir.

Serguramente, el destino ponga algunas piedras en mi camino, pero estoy segura de que podré esquivarlas, eso sí, con la ayuda inestimable de mi compañero en todo.

Echaré de menos esto, estoy segura. Cada día más. Pero allá donde vaya, lo que se queda aquí vendrá conmigo. Lo que se queda aquí, forma parte de mí.

Os escribiré desde allí... a saber cuando, pero prometo hacerlo.

Con piso

Ya tengo piso. Por fin veo cerca el día en que me mude... y creo que será antes de un mes. Veo cerca el día en que vuele del nido,... volaré lejos, a 600km de mi hogar... espero que ningún depredador me ataque por el camino.

Estoy contenta. Estoy feliz.

Felicidades Isabel

Un año más, estoy aquí para felicitar a una de mis mejores amigas, por no decir la mejor. Estoy aquí para felicitar a esa persona con la que siempre puedes contar aunque no veas cada día de tu vida, pero que cada día está ahí para sacarte una sonrisa en el momento que más la necesitas.
Un año más mis dedos se ponen en marcha para plasmar lo que mi mente piensa siempre de esa personita. Un año más, con todo mi corazón, deseo que pases un feliz cumpleaños. Sólo tú y yo sabemos todo lo que hemos hablado estos años. Y puede que me equivoque, pero creo que has sido una persona muy importante en todo este tiempo.

Me has hecho abrir los ojos en muchos aspectos, has estado ahí cuando mucha gente no estaba. Me has visto llorar y me has visto reír.

Y yo, pues simplemente he intentado estar ahí, aunque quizá no siempre me ha sido posible. Si no cuento mal, son ya ocho años los que has estado a mi lado, y jamás te imaginarías todo lo que he aprendido de ti. Gracias siempre por enseñarme la mejor cara de la vida. Gracias por aguantarme la cabeza en mi primera vomitona. Gracias por acompañarme siempre a muchos conciertos donde Dios perdió la alpargata… pero lo hemos pasado bien, ¿verdad?
Sé siempre tan auténtica como hasta hoy lo has sido. Sin darte cuenta, tus palabras son importantes en muchas vidas… y si no en muchas, en la mía siempre lo han sido.
Sólo espero que me dejes estar a tu lado muchos años más… Aunque quizá sea un poco más lejos de lo que ahora estamos. Y por favor, nunca dejes de sonreír, es tu mejor arma.

Te quiero muchísimo, por si no lo sabías. ¡Feliz cumpleaños!


P.D.: Y ahora… ¿Me sirves una copa? :P

Sola

Tengo ganas de dejar todo esto y trasladarme a 600km de mi ciudad natal. Tengo muchas ganas de dar el paso, porque aquí me encuentro sola. Jamás creí que me pasaría, pero no tengo amigos aquí. Sólo tengo familia. Mi mejor amigo está a 600km, y es allí a dónde me quiero ir. No aguanto más. Estoy cansada de no tener a nadie a quién llamar en el momento que te apetece salir, aunque sea a tomar una caña a media tarde. Mi teléfono tiene demasiados contactos, pero ninguno al que llamar en momentos así.

Anoche estuve hora y media sola en la fiesta mayor de mi ciudad. Hora y media, cuando me aseguraron que en media hora venían unas supuestas amigas. La amistad no existe. Creo que ha sido siempre una invención. ¿O será que jamás he tenido amigos? Tengo mucho en que pensar, o quizá no tanto. Sólo esperaré a que pasen dos meses y pueda trasladarme, al fin, al lado de alguien que es mi amigo y que es mi pareja. Con el que no habrá problemas a la hora de decir: ¿Qué hacemos hoy?

Quiero irme ya... o acabo con esta situación, o esta situación acabará conmigo.

Cansada de la ebullición

Mi mente trabaja sin descanso, en ocasiones incluso cuando no debería y en cosas que más le valdría no hacerlo. Pero es inevitable y se pone a trabajar sin descanso. ¿Por qué yo?

Las personas más cercanas a mí saben que a veces digo cosas que en realidad no pienso, pero que mi mente traslada a mi habla sin que pueda hacer demasiado.

Antes de que pueda darme cuenta, ya han salido por mi boca y luego, después de hacer trabajar algo más a mi mente, me hacen pedir perdón.

Y lo que me pregunto es, ¿realmente no las pienso? No sé si tendré algún síntoma de bipolaridad. Pienso y despienso. Digo y rectifico. Quizá sea una simple condición de la persona humana.

Por eso, cuando me pasa algún episodio similar, pienso en eso que dicen: "Rectificar es de sabios" y eso es lo que intento hacer, no por sabia, que todos sabéis que no lo soy, sinó para no hacer daño a mis interlocutores.

La idea que salió disparada de mi mente, entra de nuevo y la veo diferente; veo que en realidad me equivocaba; veo que erré; e intento rectificar.

Esto va por todas esas personas con las que erro y con las que tengo que rectificar. Especialmente una. Piensa que si rectifico es porque realmente después de pensarlo veo que esa idea no ha salido de mí. Aún así, ya ha salido, el mal ya lo hice, y por eso desde aquí, y con toda sinceridad, te pido que me disculpes. Ayer, hoy y siempre.

Campeones del mundo

Casi una semana después, y debido a que no acababa de asimilar lo que la roja acababa de conseguir, ya puedo decir con calma: ¡SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO DE FÚTBOL!

Si hace años, alguien me gasta la broma que en 2010 seríamos campeones del mundo de fútbol con la absoluta, no me lo hubiera creído. Pero hoy sí me lo creo y estoy muy contenta por ello.

El mundial de Sudáfrica nos ha ofrecido la oportunidad de jugar bien y llegar a lo más alto. Ya era hora de que la selección lo lograra. ¡Ya hemos hecho historia!

Soy catalana, sí. Soy española, también. Así que como en cualquier otra ciudad de España, grité como la que más, me quedé afónica como si no hubiese mañana, salté con el gol como si me jugara el meter un mate y lloré. Lloré mucho de alegría. Es una sensación rara... la mayoría de veces lloro de pena, y sólo en ocasiones muy contadas, mi cuerpo reacciona de forma natural a la alegría... y llora.

Enhorabuena a los jugadores, técnicos y demás personas que han hecho posible esta enorme satisfacción. Seguiré siendo igual de pobre... pero al menos, soy más feliz.

La lengua

Llevo todo el día analizando la película "La costilla de Adán" para un trabajo de historia del cine de la universidad. Y me he dado cuenta de que hay términos cinematográficos que son verdaderamente complicados.

Eso me ha llevado a pensar que usamos términos complicados siempe, pero nos hemos acostumbrado a ellos. A veces, leemos algún libro que, sin darnos cuenta, utiliza alguna palabra complicada que pasamos por alto, que unas veces entendemos y otras no.

La lengua española es amplia y rica, y la mayoría de las veces, en nuestro día a día, no la usamos como deberíamos. El pensar eso me pone triste.

Tenemos un recurso al alcance de la mano, y no sabemos usarlo bien. Mal, muy mal. Nos suspendo a todos.

Gracias

Gracias por hacer que mi blog tenga ya 5000 visitas (si contamos que un buen día, con unas 2000 me cargué el marcador... no está mal). Mil gracias a todos... mil gracias por cinco.

Espero tener esto abierto hasta que consigamos 5000 visitas más... y ese día, os invito a una fiesta.



PD: ¿Recordáis todo lo que hacíamos con un billete como ese? Ahora 30€ no dan para tanto...

Maldito calor

Hace días que no paso por mi rincón, y lo siento. La verdad es que ando un poco agobiada con todo.

Me enfrento al final de la carrera, hice dos de los éxamenes que tocaban y no salí demasiado contenta. En 8 días tengo otras cuatro evaluaciones más cuatro trabajos que entregar, de los que me quedan uno y medio por hacer... Estoy agotada mentalmente.

Ahora sólo pienso en acabar. En irme con mi chico el día 21 por la tarde, y perderme durante 10 días, sin nadie más, sin pensar nada más... sólo un libro y tiempo para perder. Eso es lo que ahora mismo necesito.

Pero hasta ese ansiado momento, quedan prisas, estrés y nervios. Estoy algo insoportable, y lo peor es que lo sé y lo reconozco (bueno, eso último tampoco es tan malo). Y delante, quedan sueños, esperanzas y tiempo... dichoso tiempo... que de un momento a otro quieres que se detenga, así como que pase rápido en un instante.

El calor me agobia. Mi mente me agobia. ¡Stop!

Veo con esperanza la llegada de julio de este año. Si todo va como tenemos pensado y apruebo todas las asignaturas que ya tengo matriculadas, acabo la carrera. Será el momento de irme de casa, y la verdad, lo espero con muchísimas ganas. No puedo más. No aguanto más... Quiero irme cuanto antes.

Ya tengo todo medio encaminado, y espero que sea un cambio tan grande que todo se vuelva un poco más agradable y aunque hable ahora egoístamente me echen de menos, cosa que ahora mismo no hace nadie. Sobro... pero para mí sobran los demás.

Julio, ¡ven ya!

Mujer y escorpio

Hay días en los que me levanto y me maldigo por ser mujer y además escorpio. Es increíble lo que estos dos factores juntos pueden incidir en tus pensamientos. Y no siempre esos pensamientos son los adecuados.

Hoy me he hecho una de mis habituales ronda de pensamientos en los que no consigo preguntar las dudas que me surgen a mi interlocutor, sino que me las contesto yo misma, erróneamente, y luego pasa lo que pasa. Que acabo con un cabreo conmigo misma por dar trabajo innecesario a esta cabecita y por haber reflejado alguno de mis pensamientos negativos hacia el interlocutor. Y más tarde me sabe mal... porque me siento mal.

Siento pensar sólo desde mi punto de vista, y defender esa idea sin consultar a los demás. La gente dice que deberíamos intentar ver desde distintos puntos de vista, ¿pero qué pasa si las personas no te dan su punto de vista? Yo me los creo yo sola, y luego pasa lo que pasa.

No os recomiendo ser mujer y escorpio. Yo he salido así, y aunque en un 98% de veces me gusto, el 1% me soy indiferente y el otro 1% no me gusto nada, y luego encima, me siento mal.

Este va a ser un buen año

Hoy estoy contenta. Ayer vinieron buenas noticias que hacen que mis sueños sean un poquito más reales. Por fin, después de mucho tiempo en paro, mi pareja ha encontrado trabajo. Y me alegro muchísimo.

Cómo él mismo dice, Ya hace demasiado que tenía vacaciones. Estamos en un momento difícil para cambiar o encontrar trabajo. Y yo justamente dentro de un mes dejo el mío. Quién sabe si cuando quiera encontrar uno nuevo me veré con la posibilidad. Pero de momento, tengo que dejarlo para concentrarme en los estudios.

Llevo siete años cursando la carrera de historia del arte. Prácticamente no me queda gente conocida, y es cuando me doy cuenta de que ya va siendo hora de acabarla. En junio, me quedan seis asignaturas para finiquitarla, y espero que el no trabajar tantas horas como ahora me ayude a la hora de organizar mi tiempo para poder cumplir con mis obligaciones de universitaria.

Creo que este va a ser un buen año. Dejo el trabajo (da pena, porque aunque es algo que no me aporta nada personal tengo contrato indefinido), me queda un suspiro para acabar la carrera y si todo sale bien, en verano me voy a vivir con la persona que quiero a 600km de mi casa. Como escribía hace unos días, es tiempo de cambios, e igual que antes no me veía preparada para estos cambios, ahora me encuentro con fuerzas y ánimos para que estos cambios cambien (valga la redundancia) mi vida.

Hoy llueve, y eso me da que pensar… tengo ganas de escribir últimamente, y creo que es buena señal. ¿Qué opináis?

Sociedad

Esto, a pesar de estar en mi blog, está escrito desde la cafetería de mi facultad. Miro a la gente y en cierto sentido me asusto. Ya he escuchado dos conversaciones sobre John Cobra, este personaje que está protagonizando lamentables espectáculos en TV. No os miento si digo que no sé ni qué aspecto tiene. ¿Soy yo la rara o son los demás?

Tengo hasta miedo de hacia donde vamos. La gente habla de TV en vez de preocuparse por Haiti, de la última imbecilidad dicha por algún miembro del PP, de si Turquía está preparada para entrar en la UE o de si, simplemente, llegan con facilidad a fin de mes.

¿Será que la realidad es tan triste que prefieren concentrarse en algo vanal y sin sentido?

En estos momentos pienso que me da miedo tener hijos en un futuro. ¿Hacia qué sociedad van?

Voy a seguir concentrada en la música que llevo hoy en mi MP4. Me dan más mensaje las canciones de El Chojin que las conversaciones que me rodean y oigo sin querer escuchar.

Vacío

Hoy estaba en mi trabajo, haciendo una reclamación para uno de mis taitantos clientes, y me han entrado ganas de escribir. Bien bien, no sé qué contaros exactamente.

Ha sido un día raro. Hoy, cumplemeses con mi novio, ha habido buenas noticias. Parece que la sequía laboral acaba. Ojalá. Hay tantos planes que hacer, que sin trabajo es imposible realizarla. Esto me recuerda al trozo del programa que vi mientras cenaba... ¡vaya casas tienen algunos personajes! Lo encuentro tan injusto... unos tanto, otros tan poco y los que quedamos, ni eso.

Pero una cosa no quita la otra, mi jefe se aprovecha de mí pidiéndome stocks a las 21:30, cuando mi hora de salida son las 21h. No lo veo justo. ¿Por qué hay gente que tiene tanta suerte que no da un palo al agua y se hacen de oro?

Soy una persona de a pie, y encantada de serlo, pero si lo piensas fríamente te dan ganas de mandarlo todo a la mierda. Nos pasamos la vida buscando un buen trabajo ¿para qué? Si luego ves que alguien que hace menos cobra más, y tú que lo haces bien cobras una miseria.

Hace días que pienso en el futuro, en los planes que tengo... sería bueno vivir más el presente, pero ese presente es tan estresante que no quiero verlo. Sólo veo algo de luz (hoy reñí a alguien por usar esta expresión pues parece que se acerque la muerte) mirando hacia adelante... ¿y si no hay futuro? Esos planes tampoco son firmes, pues las bases aún no están puestas.

Esto no tiene mucho sentido, así que casi mejor me voy a la cama. Tengo ganas de escribir, pero no encuentro el tema con el que desahogarme.

PD: Por cierto Sergio... te quiero.

Cambios, y más cambios

He estado ausente, lo sé. Pero todo va bien. Las cosas van bien, y hay planes de futuro. Esos planes que te motivan en varios aspectos de la vida y que te llenan en el día a día.

Aprobé todo en enero. Me juego el acabar la carrera en junio, el empezar una nueva vida en verano, en un lugar diferente y con gente diferente. Dejo de trabajar para poder conseguirlo. Lo que no tengo tan claro, es qué pasará después para poder volver a conseguir trabajo, el cuándo podré trasladarme al nuevo lugar con la persona con la que quiero estar.

Me da miedo, pero quién no arriesga no gana, y yo quiero ganar. Dudas y más dudas que sólo se resolverán con el paso del tiempo. Creo que estoy preparada para el cambio, y lucharé para conseguir que todo salga bien.

Sólo deseadme suerte.