Tengo cinco sobrinos, a cual más bonito (qué voy a decir yo), y a mi parecer, poco mimados por su tía. Si algo tiene de bueno ser tía, es que puedes mimar a los pequeñajos, porque luego, cuando ya están cansados y pesados, se los llevan sus madres. ¡Es ideal!
Me encanta. Él feliz de salir a dar una vuelta con su tía, y yo feliz de pasearlo y saber que él está contento. He reído, he disfrutado y me he sentido, como hacía tiempo que no me sentía: tieta.
Mis sobrinos me llaman así. Como soy hija de familia numerosa, la cosa cuando teníamos que escoger cómo querían que nos llamaran era difícil. Pero me siento orgullosa de que yo sea "la tieta", sin más sobrenombres que ese. No como mis respectivas hermanas, que son la tieta Marta y la tieta Sara... yo no, sólo soy la tieta, y eso, me encanta!!
Tengo que ejercer más de tía, y estos son los días más propicios, así que pienso aprovecharlos.
** Aprovecho para felicitar a Ariadna, una amiga que hace varios años que conozco sin conocer (aunque parezca raro), así que... ¡felicidades Ari!
1 comentario:
Enga si se te cae la baba, estas echa una tiasaaaaaaaa, aprofita.
.saludos de un cuentacuentos.
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