miércoles, 28 de enero de 2009

Ejercer de tía

Nunca tengo tiempo de ejercer debidamente de mi papel como tía de mis sobrinos. Y si algo me permiten estos días de no tener clases ni nada que hacer por las mañanas, es dedicarle un poco de tiempo a los peques.

Tengo cinco sobrinos, a cual más bonito (qué voy a decir yo), y a mi parecer, poco mimados por su tía. Si algo tiene de bueno ser tía, es que puedes mimar a los pequeñajos, porque luego, cuando ya están cansados y pesados, se los llevan sus madres. ¡Es ideal!

Esta mañana me despertó el pequeño Iker, que se pasa todas las mañanas en mi casa (también es lo bueno de tener a la abuela (mi madre) que lo cuida), me despertó bien temprano. ¿Qué hice yo? Vestirme y llevarlo a dar un paseo.

Me encanta. Él feliz de salir a dar una vuelta con su tía, y yo feliz de pasearlo y saber que él está contento. He reído, he disfrutado y me he sentido, como hacía tiempo que no me sentía: tieta.

Mis sobrinos me llaman así. Como soy hija de familia numerosa, la cosa cuando teníamos que escoger cómo querían que nos llamaran era difícil. Pero me siento orgullosa de que yo sea "la tieta", sin más sobrenombres que ese. No como mis respectivas hermanas, que son la tieta Marta y la tieta Sara... yo no, sólo soy la tieta, y eso, me encanta!!

Tengo que ejercer más de tía, y estos son los días más propicios, así que pienso aprovecharlos.



** Aprovecho para felicitar a Ariadna, una amiga que hace varios años que conozco sin conocer (aunque parezca raro), así que... ¡felicidades Ari!

1 comentario:

metro dijo...

Enga si se te cae la baba, estas echa una tiasaaaaaaaa, aprofita.
.saludos de un cuentacuentos.