Ayer por fin pude verte y darme cuenta de cuánto te neceito. Sólo quería que me rodearas con tus brazos y sentirme protegida por completo, ante todo, ante cualquier cosa. Es tan grande lo que me haces sentir, que sólo nos faltaba el elemento que tantas y tantas veces imaginé: la manta.
Es curioso lo que puedes llegar a imaginar... y es curioso cuando deseas con todas tus fuerzas que tus ingenios mentales lleguen a ser ciertos. Ojalá.
Ojalá me rodearas con tus brazos como anoche, en un sofá, y tapados con una manta. Ojalá.
¿Te he dicho alguna vez que te necesito? Lo sabes... y te lo recuerdo.
Quiero que pasen estos dos añitos y, si me dejas, ir a vivir a tu lado, junto a ti. Para ver que los días son felices y que no necesito nada más que tu presencia para ser completamente feliz.
Me haces completamente feliz.
Esta noche repetimos, y mañana también... tengo ganas de volver a verte sonreír de esa forma tan sincera que te sale cuando algo te hace realmente gracia. Arrugas la frente, los ojos se te entornan y tus labios se estiran para dejar ver tus dientes, con un leve jejeje. Me encantas!
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