viernes, 22 de julio de 2011

Ella

Ella creía que el mundo era color de rosa hasta que un día despertó y se dio cuenta de que el cielo empezaba a oscurecerse. Libró muchas batallas durante el tiempo transcurrido, y aunque para sí ganó muchas de ellas, aún le quedaban varias por librar y Dios quiera que ganar. 

Siempre creyó que nunca importó en exceso para nadie. Pero para ella misma sí importaba y empezaba a sentirse cabizbaja. Las cosas empezaban a no ir bien. Tenía problemas económicos y se empezaba a sentir muy sola. Había decidido emprender un viaje esperando que le acontecieran cosas nuevas y buenas. ¡Ilusa! Eso sólo pasa en las películas. La vida real es más cruda de lo que jamás hubiese deseado. Y como siempre, echaba la vista a atrás y veía como podían haber sido las cosas si no hubiese arriesgado tanto. 


Escogió una profesión que no le daba más que dolores de cabeza pues era una apuesta por su conocimiento y crecimiento personal. Y ahora empezaba a ver que jamás podría dedicarse a ello. ¡Nuevamente ilusa! La vida no hacía más que ponerle piedras en el camino y, mientras intentaba sortear una, tropezaba con la que había a su lado. 

Ánimo es lo que necesita. Necesita que le pase algo bueno para que vuelva a mirar la vida y se sienta acogida por ella. Tiene que dejar atrás el temporal y avistar a lo lejos el sol que empieza a salir. Pero mientras, las gotas de lluvia le irán nublando los ojos.

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