jueves, 25 de noviembre de 2010

Cómo crece el odio

¿Nunca os ha pasado que "odiáis" a alguien antes de conocerle? Y no hablo de prejuicios (que alguna vez me han hecho aprender que no es oro todo lo que reluce, o a la inversa)... Hablo de actitudes que ves en conocidos, que te cabrean y te irritan de tal modo que empiezas a odiar a esa persona. Odio quizá es una palabra demasiado brusca, pero es algo más que resquemor, mala impresión o desconfianza. O quizá es todo ello junto.

Conozco ese sentimiento, y es el que me produce una cierta persona. Por suerte, no está entre mi círculo cercano, ni mucho menos entre mis amistades o familiares. Así que creo que puedo seguir "odiándole". ¿Hace mucho mal mi sentimiento cuando la otra persona lo desconoce? Mientras mi boca no me traicione en el momento menos oportuno, creo que no hace ningún mal, y descargo ira sobre tal personaje. 

El porquè crea tal situación... habría tantos argumentos. Pero esos sí me los guardo para mí. Lo único que espero, es que no se traduzca en malas palabras ni modos hacia los demás que comparten el mismo círculo relacional. 

Mientras tanto, esperaré a ver si veo como esa persona recapacita y hace las cosas bien. De todos modos, creo que tendré que esperar sentada.

martes, 23 de noviembre de 2010

La felicidad de un equipo

A veces, hay cosas que no dejan de impresionarte, ni te quitan la felicidad cuando ves que los que están a tu lado son felices.

Mi chico juega al balonmano. Desde los 10 años no ha dejado de hacerlo, pese a lesiones y contratiempos. Ahora, pasados los 30, sigue haciéndolo en un equipo al que envidio, y no sólo por sus resultados.


Cuando ves el entrenador de cualquier equipo, lo que suelen decir es que quieren un equipo unido. Y este equipo de balonmano es el equipo que más unido he visto en cualquier competición de cualquier deporte. Y los que me conocen bien, saben que he visto mucho deporte. Soy, como dirían, una espectadora sin remedio.


Y en este caso, envidio el como se llevan, dentro y fuera del campo. Envidio todos y cada uno de los buenos momentos que veo vivirles. Y de los que poco a poco también yo voy formando parte. Envidio sus bromas, envidio el buen humor que se respira, y envidio también el cómo se levantan el ánimo en los momentos menos agradables de cada uno.

Este post va por todos ellos. Porque sin ellos saberlo, hacen que su felicidad se contagie. Hacen que los que vamos a ver sus partidos, nos sintamos cómplices tanto del resultado obtenido como del mismo equipo. Son los mejores, aunque su categoría a veces no lleve a pensarlo.


La unión hace la fuerza... y ellos están terriblemente unidos. Y desde aquí, aunque ninguno de ellos lo lean, les doy las gracias por transmitir a todo el que se acerca, esa gran felicidad.

jueves, 18 de noviembre de 2010

A la espera


Qué impotencia cuando quieres hacer más de lo que puedes. Quiero volver a tener la vida ocupada. No me gusta tener tanto tiempo para pensar y darle vueltas a las cosas. No me gusta el rumbo que lleva esto. No estoy hecha para quedarme en casa y esperar... y esperar...
Espero que bien pronto se solucionen las cosas, y que todo cobre sentido. Que no es que no lo tenga, sino que es un sentido que no buscaba... es una falta de rumbo fijo. Ahora simplemente... toca esperar.