Porque siempre hay gente especial al otro lado del cable. Esa sería la premisa desde la que partir. Cómo se convierten en gente que te importa, y por la que te preocupas si están mal.
Eso es lo que me ha pasado con él. A diferencia de mucha otra gente, a él no recuerdo cuando o cómo lo conocí. Pero recuerdo que desde un principio nos llevamos bien, y hechábamos risas por doquier. Sí, recuerdo a esos ojazos vigilando a cada momento todos los pasos que se daban en la noche...
Pero esa voz se fue volviendo afónica, y la preocupación fue calando en mí. Aun así, desde la distancia, no se puede hacer más que mostrar que estás ahí pase lo que pase, y así lo intenté durante todo ese tiempo. Había días mejores y días peores... pero mis ánimos siempre seguían en su bandeja de entrada.
Hoy me siento bien al saber que él se encuentra mejor. Me gusta verle reír y participar. Me gusta que me pase música, como hacía mucho que no lo hacía. Me gusta saber que siempre estará ahí para cuando lo necesite y que podré llamarle AMIGO siempre que quiera. Porque cuando encuentras personas como él, puedes decir con la cabeza bien alta: quién tiene un amigo, tiene un tesoro.
Gracias por todo lo que me has enseñado en este tiempo David... gracias por hacerme ser mejor persona!
Recordando esta noche; recordando una firma por Navidad; recordando una primera cena con muchas niñas guapas; recordando conciertos fugaces de no más de dos canciones; recordando una presentación de disco en Luz de Gas; recordando una noche loca en Zaragoza; recordando miles de posts en un foro; recordando decenas de nicks, cada uno con su historia; recordando unos macroconciertos insolados; recordando horas de cola; recordando entradas inaccesibles; recordando platós de tv (con y sin bolsas verdes); recordando palabras cariñosas; recordando bromas y anécdotas; recordando viajes para no ver conciertos sino personas; recordando el Teatre Joventut repleto de gente querida; recordando encuentros casuales por la calle; recordando pre, post y durante conciertos; recordando regalos comprados y regalos recibidos; recordando mis antenitas rojas robadas; recordando cartas escritas; recordando cartas recibidas; recordando el ESV; recordando caídas con antenitas agenas;
recordando bares; recordando gentes; recordando lágrimas; recordando risas; recordando cumpleaños; recordando locuras; recordando vocabulario antenil; recordando crónicas alabadas; recordando viajes en coche; recordando recuerdos del pasado... y del presente, que formarán siempre parte de mi historia.