viernes, 31 de diciembre de 2010

Bienvenido 2011

Siempre recordaré el 2010. No sólo es un número peculiar en sí mismo, sino que este año me ha traído muchas novedades. Me aventuro a decir que ha sido mi año, el año en el que he cambiado de vida. En el 2010 me he licenciado, me he ido de casa y he formado mi propio hogar. Por eso siempre recordaré el 2010. 

Como todos los años, me ha traído cosas buenas, recuerdos inolvidables, así como cosas menos agradables. Como todos los años. 

Así me dispongo a dar la bienvenida al 2011. Con un puñado de buenos propósitos y nuevas ilusiones que cumplir. Espero que este también sea un año para recordar.

A todos, feliz año nuevo, que traiga muchas buenas noticias y como me ha dicho una amiga, que traiga mucho amor, que con él las penas son menos duras.

lunes, 27 de diciembre de 2010

La familia

Siempre había escuchado que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Siempre me habían dicho que cuando estás lejos, echas de menos a los tuyos aunque cuando estás cerca no haya más que roces. Siempre lo había escuchado pero quizá no creído.

Ahora que estoy lejos de los míos, me doy cuenta de la verdad que llevan esas palabras. De lo bien que te sientes y lo mucho que compartes cuando los reencuentras. Incluso te das cuenta de que los quieres mucho más de lo que imaginabas y darías cualquier cosa para prolongar los adioses unos días más. 

Ahora me doy cuenta de lo mucho que me aportan y de cuanto los echo de menos cuando no están. De lo que lloro cuando los vuelvo a dejar en lo que siempre será mi casa, para venirme a mi otra casa. Y esta sensación no es sólo un síntoma de la Navidad. Les echo de menos, y aunque todo me va bien, no estaría de más poderlos ver más amenudo. 

Esta entrada va por ellos. Por los que me criaron, por los que estuvieron siempre ahí sin yo apreciarlo demasiado, y por los que generan ese pequeño dolor cuando me separo de ellos. Nunca se lo dije, pero les quiero con locura.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Feliz Navidad

No, no soy creyente. Aún así, estas fechas nos hacen parecer a todos creyentes, todos nos volvemos buenos y nos proponemos aparentar lo que a menudo no llegamos a ser ni de lejos. 

Lo bueno de estas fechas, es que vuelvo a casa con los míos, aunque sea por dos días. 

Feliz Navidad a todos.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

A la bola

Hace ya unos ocho años que las conozco. Ocho años en los que han pasado tantas cosas, que me sería casi imposible resumirlas todas. Ocho años llenos de risas, alegrías, tristezas, lloros, cambios, amores, desamores, niños... Han pasado ya ocho años. 

En estas épocas en las que la Navidad se acerca, todos nos acordamos de la gente que queremos. Y yo no puedo hacer más que acordarme de ellas que, aunque separadas por la distancia, permanecemos juntas por una cualidad llamada amistad. 

Me encanta poder presumir de que tengo cinco amigas que están a mi lado incondicionalmente y que siempre me dirán la verdad, me aconsejarán y me darán su opinión aunque no coincida con la mía. Por todo ello, y porque las considero casi parte de mi familia, les quiero dar las gracias. Quiero decirles que sin ellas mi vida no sería lo mismo, y que pase lo que pase, siempre podrán contar con una humilde servidora. 

Gracias por seguir ahí, gracias por estar siempre ahí. Os quiero mucho.

viernes, 3 de diciembre de 2010

La rueda

Algo empieza a dar resultado. Tras meses de echar currículums y solicitudes para cursos, parece que ya empiezan a llamar a la puerta. Este nuevo año que entra, lo cojo con alegría y optimismo. ¿Cómo sino podemos esperar que pase lo que queremos? Quizá no todo salga rodado, pero intentaremos darle una forma redonda para que la rueda empiece a girar.

Todo empieza y acaba en nosotros mismos, así que si no movemos el culo, nos quedamos aposentados, con un centro de gravedad tan bajo que es prácticamente imposible que nos movamos. Hubo un día, en el que creí que me pasaba eso. Levanté la cabeza e intenté situar ese centro de gravedad más alto, como si tuviese un cuello largo cual girafa. Y así la vida te responde. Te empuja a seguir adelante. 

Fíjate en los detalles pequeños, mira más allá del horizonte y verás como todo cobra sentido y no ves nunca el final de las cosas. Una acción te lleva a una respuesta, que si no es la más adecuada, hace que te muevas y que jamás caigas. Mira el sentido positivo de todo, aunque no fuera lo que buscabas en un inicio. Si la vida te lo pone por delante, aprovéchalo... nunca sabes qué va a ocurrir.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Elvis, Navidad, melancolía

Escucho a Elvis mientras recojo un poco la casa. Este tipo de música me pone de buen humor, y me hubiese encantado nacer varas decenas de años antes para vivirlo en pleno boom. Muevo mis pies al compás mientras tarareo sus melodías. Empieza diciembre, creo que con buen humor.

Ya tenemos el árbol puesto en casa (sí, la emoción de colocarlo nos pudo), ya he escrito los Christmas que tengo que mandar por correo, y vamos haciendo planes para estos días que preceden a Navidad. No hay puente, pero alguna escapadita de un día haremos por ahí. Tengo ganas de moverme, de no estancarme, de conocer, de ver, de disfrutar sitios diferentes y no muy lejanos. 

Voy mirando de ampliar mis conocimientos con alguna especie de curso. De momento, hay dos que me interesan bastante, y no he perdido la oportunidad de preinscribirme. A ver si todo sale bien y puedo empezar alguno pronto (cruzaré los dedos).

Empiezo diciembre positiva. Espero que no me pase como siempre, que a mitad de mes quiero que pase rápido, que pasen las navidades y que todo vuelva a la normalidad. Son las primeras navidades fuera de casa, y aunque el día de Navidad lo pasaré allí, pronto tendremos que volver a la realidad, a las obligaciones y a estar lejos de los míos. Aún así, nos hemos propuesto disfrutar los días tanto como podamos.

La Navidad siempre tiene el gusto agridulce.