Tengo ganas de dejar todo esto y trasladarme a 600km de mi ciudad natal. Tengo muchas ganas de dar el paso, porque aquí me encuentro sola. Jamás creí que me pasaría, pero no tengo amigos aquí. Sólo tengo familia. Mi mejor amigo está a 600km, y es allí a dónde me quiero ir. No aguanto más. Estoy cansada de no tener a nadie a quién llamar en el momento que te apetece salir, aunque sea a tomar una caña a media tarde. Mi teléfono tiene demasiados contactos, pero ninguno al que llamar en momentos así.
Anoche estuve hora y media sola en la fiesta mayor de mi ciudad. Hora y media, cuando me aseguraron que en media hora venían unas supuestas amigas. La amistad no existe. Creo que ha sido siempre una invención. ¿O será que jamás he tenido amigos? Tengo mucho en que pensar, o quizá no tanto. Sólo esperaré a que pasen dos meses y pueda trasladarme, al fin, al lado de alguien que es mi amigo y que es mi pareja. Con el que no habrá problemas a la hora de decir: ¿Qué hacemos hoy?
Quiero irme ya... o acabo con esta situación, o esta situación acabará conmigo.
Mi mente trabaja sin descanso, en ocasiones incluso cuando no debería y en cosas que más le valdría no hacerlo. Pero es inevitable y se pone a trabajar sin descanso. ¿Por qué yo?
Las personas más cercanas a mí saben que a veces digo cosas que en realidad no pienso, pero que mi mente traslada a mi habla sin que pueda hacer demasiado.
Antes de que pueda darme cuenta, ya han salido por mi boca y luego, después de hacer trabajar algo más a mi mente, me hacen pedir perdón.
Y lo que me pregunto es, ¿realmente no las pienso? No sé si tendré algún síntoma de bipolaridad. Pienso y despienso. Digo y rectifico. Quizá sea una simple condición de la persona humana.
Por eso, cuando me pasa algún episodio similar, pienso en eso que dicen: "Rectificar es de sabios" y eso es lo que intento hacer, no por sabia, que todos sabéis que no lo soy, sinó para no hacer daño a mis interlocutores.
La idea que salió disparada de mi mente, entra de nuevo y la veo diferente; veo que en realidad me equivocaba; veo que erré; e intento rectificar.
Esto va por todas esas personas con las que erro y con las que tengo que rectificar. Especialmente una. Piensa que si rectifico es porque realmente después de pensarlo veo que esa idea no ha salido de mí. Aún así, ya ha salido, el mal ya lo hice, y por eso desde aquí, y con toda sinceridad, te pido que me disculpes. Ayer, hoy y siempre.
Casi una semana después, y debido a que no acababa de asimilar lo que la roja acababa de conseguir, ya puedo decir con calma: ¡SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO DE FÚTBOL!Si hace años, alguien me gasta la broma que en 2010 seríamos campeones del mundo de fútbol con la absoluta, no me lo hubiera creído. Pero hoy sí me lo creo y estoy muy contenta por ello.
El mundial de Sudáfrica nos ha ofrecido la oportunidad de jugar bien y llegar a lo más alto. Ya era hora de que la selección lo lograra. ¡Ya hemos hecho historia!Soy catalana, sí. Soy española, también. Así que como en cualquier otra ciudad de España, grité como la que más, me quedé afónica como si no hubiese mañana, salté con el gol como si me jugara el meter un mate y lloré. Lloré mucho de alegría. Es una sensación rara... la mayoría de veces lloro de pena, y sólo en ocasiones muy contadas, mi cuerpo reacciona de forma natural a la alegría... y llora.Enhorabuena a los jugadores, técnicos y demás personas que han hecho posible esta enorme satisfacción. Seguiré siendo igual de pobre... pero al menos, soy más feliz.
